A veces apetece quedarse en casa todo el rato, ya sea por el mal tiempo o por simples ganas. Mi caso hoy ha sido una mixturita de ambas. Las nubes con viento no invitaban a pasear y tampoco había muchas ganas de paseo tras la paliza de ayer.
Pese a lo dicho, no he pasado todo el día en casa. A la tarde sali a jugar un partidito de fútbol con mis compañeros internacionales -a ver, ninguno es de una selección nacional, pero somos estudiantes internacionales y bueno, si eso la selección europea- y mi equipo ganó el partido por 3-2 en el cual me marcaron el segundo siendo portero -nos pusieron 1-2- y pude marcar el tercero desde la banda disparando a la porteria solitaria, aunque tuve suerte pues el balón describió una parábola.
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