martes, 6 de septiembre de 2011

Equipaje en proceso

Ya tengo todo el equipaje. Bueno, al menos los recipientes. He a la derecha las dos maletas que voy a llevarme más el bolso de mano, que sobrepasa las medidas de Ryanair en 2cm, los cuales espero "comprimir" no llenándola lo suficiente.

Gracias a la persistencia de mi novia tengo un inventario en el ordenador con el que controlo en cada momento qué contiene cada maleta sin tener que abrirla para recordarlo. Ésto se me ha hecho útil especialmente a la hora de hacer cambios pot motivos de peso... y es que sólo me permiten llevar 15kg en cada una como ya adelanté. 

Mi táctica, pese a todo, será ir bien abrigado a mediados de septiembre con la excusa (real, después de todo) de que mientras aquí en Lepe hay 34ºC y sol permanente en Maastricht llueve y está nublado sin subir de los 20ºC salvo momentos puntuales. ¿Por qué no puede ser al revés? Con lo que odio la lluvia...

lunes, 5 de septiembre de 2011

Mi última recompensa

Me gustaría poder decir que lo que tengo lo he ganado a base de mi esfuerzo. La verdad es que gran parte de lo que tengo a mi edad me lo han dado mis padres, como no puede ser de otra manera en un estudiante: ropa, comida, mi habitación... Pese a ello, hay ciertos bienes en mi haber que sí puedo decir que me los he ganado, directa o indirectamente, con mi esfuerzo. Esta entrada tiene su sentido de ser ante el último de ellos, aunque me gustaría dar un pequeño repaso a los mismos no para provocar envidias -si pudiera provocarlas mi pequeño patrimonio- sino para dar testimonio real y físico de los frutos del esfuerzo por los estudios incluso en el seno de una familia humilde. 

Play Station.- No pude tenerla hasta que tuve 9 años y medio -hoy me parecen pocos años, pero en aquel entonces todos mis compañeros tenían una-, pero fue la primera recompensa que tuve por ir bien en primaria. Y con recompensa, en éste y en los demás casos, quiero decir obsequio o producto de la necesidad, no como algo prometido a cambio de trabajar. 
Play Station 2.- Cuando tenía 11 años ya la Play Station estaba pasada de moda... y de juegos. Así que aproveché lo que me sobró de recolectar dinero para la excursión de fin de curso para cambiar la vieja PS por una PS2 con un pequeño empujón económico de mis padres.

Ordenador de mesa.- Era el año 2004 cuando con 13 años tenía la necesidad de contar con un ordenador. Mi instituto se había convertido en centro TIC. Comenzaba a tener que realizar trabajos escritos a ordenador y tener uno me sirvió para comenzar El legado, una serie de capítulos novelescos que acabé publicando en el periódico de mi centro. 

Internet.- Aunque tuve que esperar dos años con un ordenador sin Internet, finalmente pude disfrutar de la conexión USB móvil con la que ahora mismo estoy escribiendo este blog y otro que tengo. 

Gafas de sol y chaquetón polar.- Pues sí, las gafas de sol fueron fruto de los estudios. ¿Cómo? Sencillo, estuve de intercambio escolar en Suecia y necesitaba abrigo y unas gafas que me protegieran del reflejo solar de la nieve. 

Ordenador portátil.- El PC desde el que escribo es fruto de haber ingresado en la Universidad de Huelva y necesitar un ordenador portátil para organizar apuntes, gestionar trámites y redactar documentos ya esté en Huelva, Lepe o Graz (Austria).

Cámara de fotos.- Ésta es la última adquisición y la que motiva la entrada del blog. Es una Kodak M22 gracias a la cual podré fotografiar mi estancia Erasmus para guardar constancia de ella para mí mismo y en este blog ilustrando las entradas.

Uno no se hace rico estudiando ni a base de recompensas así -en todo caso trabajando tras haber estudiado-, pero reconforta trabajar y seguir adelante con frutos del propio trabajo, en momentos de ocio y de esfuerzo. Animo a todos los mis lectores jóvenes a esforzarse, porque antes o después siempre da recompensa.
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