viernes, 2 de diciembre de 2011

Pasta nocturna

 Esta noche tocaba cena... cena italiana e internacional. Hemos estado Feng, Antonio, Anna, Íñigo y yo comiendo la pasta a la carbonara que he preparado y acompañada de vino dulce andaluz, de Jerez.

Puse música aleatoria en el ordenador, y en una canción italiana Antonio se sorprendió... pero pusimos la oreja y resultó ser la traducción al español. De todos modos, música italiana comiendo pasta italiana con italianos... no desentona, ¿no? 

Me llenó de orgullo -y satisfacción- que Antonio y Anna me felicitasen por la pasta, ya que no dejan de ser italianos y estan acostumbrados a una parta muy bien hecha. Vamos, que es como si un italiano va a España y cocina una buena tortilla, de ahí mi alegría ante sus elogios que tardé en asimilar.

La anécdota graciosa del día llegó cuando, haciendo uso del Google Maps, enseñé Lepe a Antonio y Anna, mostrándoles fotos de Islantilla, vídeos de la Romería, fotos aéreas de Nueva Umbría... y comenzó el debate sobre las playas. Antonio mostró una de Cerdeña, Íñigo una del País Vasco y yo puse también una instantánea de las Islas Cíes además de las de Nueva Umbría. El debate estaba servido y no llegó a zanjarse, lo que lo hizo más gracioso aún.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

¡Feliz cumpleaños!

 30 de noviembre, Maastricht

Un día más en los Países Bajos, en mi estancia Erasmus en este rincón perdido de la lejana Holanda. Mientras aquí todo sigue su rutina diaria, en casa de mis padres es fiesta nacional. Mi padre cumple cuarenta y ocho y toda la familia está allí para celebrarlo, salvo yo. Es la primera vez en mis veinte años que no estoy con mi padre en su cumpleaños y, aunque pueda ser una simple merienda, se echa de menos. 

Aún con todo, aunque no pueda mandarle esta tarta limburguesa tan apetecible de la derecha, sí que he tramado una diablura... ya contaré por aquí de qué se trata. 

Siento no poder estar allí en este día tan especial. Al fin y al cabo, lejos de casa estaré el resto de mi vida porque tendré que hacer mi vida -como es normal-, pero ésta es una de esas citas señaladas excusa perfecta para pasarse por casa y estar con la familia. En el futuro, espero no estar a tantos kilómetros que me impidan acercarme a darle un abrazo a mi padre por su aniversario en vez de un frío mensaje sms.

Al menos, tengo la oportunidad de dedicarle esta entrada en el blog, que no es mucho, lo sé, pero es un pequeño detalle con cariño desde el extranjero. 

¡Felicidades, papá!

martes, 29 de noviembre de 2011

Una promesa cumplida: Erasmus en la biblioteca

Yo la he visitado menos de veinte veces, más del noventa por ciento de las veces para hacer fotocopias, pero hay compañeros para los cuales la Biblioteca Universitaria de Maastricht es poco menos que su segunda casa -si aceptamos como primera la residencia, claro-.

Mi novia, viendo vídeos y fotos de estudiantes Erasmus, llegó hace unos meses a una conclusión bastante generalizada: ni una sola imagen en la Biblioteca. Me propuse entonces que yo sí la haría y ahí está, a mediodía en la biblioteca. 

Me estaba partiendo el culo de risa porque se hace raro en medio de tanta gente sacar la cámara para hacer una foto. Por eso, y porque la rubia de al lado se puso a mirarnos raro a Feng y a mí y él hizo la foto de manera que saliera en ella. Es más, después apuntó directamente a la concentrada estudiante. 

Con esta entrada voy a inaugurar una sección: Rompiendo mitos. Hay muchos mitos sobre las Erasmus y la mayoría se caen por su peso, sí, pero cuando la vives. Compartiré algunos de ellos. Por cierto, los papeles que se ven en la foto todos juntos suman dos dedos de grosor y es el material de una semana para prepararme la presentación de 20 minutos que hice ayer. Por suerte fue todo un éxito.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Así se aparca

Normalmente no echaría una foto así, pero como los mitos, leyendas y demás estereotipos son preciosos, me gusta dedicarme a romperlos. El coche que aparece a la derecha esta parado, el conductor ha entrado a su casa a buscar algo y pese a tener espacio unos metros más adelante decide apagar el motor, echar freno de mano y meterse en su hogar cerrando la puerta para aparecer minutos más tarde. Afortunadamente no se provoca un accidente en cadena ni llegan coches, pero una pobre ciclista vio obstaculizada la vía y tuvo que pasar entre el coche y los setos apeada de su vehículo. 

¿Dónde sucede eso? Más de uno pensará en el típico españolito medio... pero no, se trata de Holanda y como prueba el asfaltado, las casas y las matrículas.

Miércoles en Eindhoven (Países Bajos)


Este miércoles me paseé por una nueva ciudad holandesa: Eindhoven. Pese a su nombre, perfectamente podría ser simplemente la "ciudad de Philips", porque está llena de estatuas, calles y edificios de la famosa marca de productos eléctricos.

Feng tenía que ir a recoger unos documentos, así que me avisó y aprovechamos para ir a Eindhoven, en la provincia de Brabante del Norte. No hubo percances en la ida y llegamos a las diez y poco. Nos orientamos con su GPS, auunque antes de nada teníamos que echarnos la obligada foto con el cartel. A falta de un cartel como en la frontera o cuando llegamos por carretera, nos la echamos con la estación al fondo, que tenía el nombre de la ciudad letras bastante grandes. 

Por falta de tiempo no pude mirar bien qué había en Eidnhoven para visitar, aunque Feng llevaba los deberes muy bien hechos y sabía donde estaban los sitios, que había marcado en el GPS. 

Tras pasar por la zona comercial nos encaminamos a una catedral, en la que eché algunas fotos por dentro pero como es normal quedaron muy oscuras. También eché una por fuera y he aquí que salió mejor... aunque se aprecia la inmensa niebla que hacía este miércoles, ya a finales de noviembre.

Con la primera cita cumplida, era hora del museo. Por el camino nos encontramos un centro comerial bastante bonito y navideño que daba juego a muchas postales navideñas. También había en el un establecimiento del Holland Casino, la cadena de casinos más famosa de Holanda. Claro que... dentro olía mal, como a estiércol, y nos pedían cinco euros en fichas para entrar. Obviamente nos despedimos.
En la misma plaza había un McDonalds, donde comimos. Hacía dos años que no pisaba uno, pero bueno, comer basura de tarde en tarde no es tan malo para el organismo. En el centro de la plaza había una estatua de Frits Philips, el fundador de la empresa de productos electrónicos que lleva su apellido, y me hice varias fotos, entre ellas una imitando su gesto con la mano y los dientes sacados. Es el hermano gemelo del Sr. Burns y hasta tiene un montón de edificios aquí y el estadio de fútbol, así como el equipo local (PSV Eindhoven) llevan su apellido.
Después fuimos a un museo de arte contemporáneo, donde salvo honrosas excepciones que llamaron nuestra atención, era imposible pillar nada porque, evidentemente, las explicaciones estaban en neerlandés. Lo mejor del museo fue al salir, cuando pregunté por un vídeo que hablaba del conflicto racial en Holanda en el que salían términos en holandés. Terminé dándome cuenta que no es España un mundo alejado de Europa en cuanto a xenofobia y odios raciales... incluso en España se da más la bienvenida a los extranjeros que, por ejemplo, en Limburgo. Según la misma trabajadora del museo, Limburgo es la zona más radical a la derecha de Holanda, donde más xenofobia hay y, por ello, en el norte se dice entre amigos que hay que "cortar" Holanda y quitarse ese apéndice del sur que tan diferente es de ellos. "Que se lo lleve Bélgica o Alemania", dicen algunos.

Adjunto la imagen de una obra que sí me llamó la atención: el círculo de madera. Al museo le costó la friolera de 30.000€ en donaciones quedarse esa composición de ramas secas. En fin, si me hubieran pedido presupuesto...


No quedaba más en la ciudad que fuera interesante -salvo que incluyamos en esa categoría el mini-barrio rojo de la ciudad, que no llegamos a visitar-, así que vimos unos rascacielos, los edificios de Philips y un edificio extraño con forma de champiñón bastante grande. Eso sí, vimos una curiosa estructura de metal y cristal que recordaba al Louvre y las entradas del metro, que se parecían a las de Bilbao. 

Tras ver el estadio del PSV Eindhoven -el Philips Stadion, como no-, nos dirigimos a la estación de tren. Nos recogimos temprano, a las cuatro de la tarde, y yo estaba con una cojera tremenda. Me había empezado a doler el pie mientras íbamos hacia el estadio y el edificio con forma de champiñón -unos 3-4km de recorrido- y para colmo empecé a sentir molestias en el vientre... era el pie o la tripa y tenía que ir al servicio así que sacrifiqué el pie. De hecho, estamos a domingo y aún se me resiente un poco por el esfuerzo que hice aún doliéndome. No obstante, no podía hacer otra cosa: tenía que llegar a casa.

Mi edificio comercial

En una comunidad de internet en la que estoy tengo el nickname Victor_Daniel, por lo que habitualmente me llaman directamente "VD". 

Estando en Eindhoven, vi este edificio y no pude resisterme a echarme una foto en la que se viera "mi emporio comercial".
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