Esta noche tocaba cena... cena italiana e internacional. Hemos estado Feng, Antonio, Anna, Íñigo y yo comiendo la pasta a la carbonara que he preparado y acompañada de vino dulce andaluz, de Jerez.
Puse música aleatoria en el ordenador, y en una canción italiana Antonio se sorprendió... pero pusimos la oreja y resultó ser la traducción al español. De todos modos, música italiana comiendo pasta italiana con italianos... no desentona, ¿no?
Me llenó de orgullo -y satisfacción- que Antonio y Anna me felicitasen por la pasta, ya que no dejan de ser italianos y estan acostumbrados a una parta muy bien hecha. Vamos, que es como si un italiano va a España y cocina una buena tortilla, de ahí mi alegría ante sus elogios que tardé en asimilar.
La anécdota graciosa del día llegó cuando, haciendo uso del Google Maps, enseñé Lepe a Antonio y Anna, mostrándoles fotos de Islantilla, vídeos de la Romería, fotos aéreas de Nueva Umbría... y comenzó el debate sobre las playas. Antonio mostró una de Cerdeña, Íñigo una del País Vasco y yo puse también una instantánea de las Islas Cíes además de las de Nueva Umbría. El debate estaba servido y no llegó a zanjarse, lo que lo hizo más gracioso aún.
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