No se puede decir que uno vuelve a la rutina hasta que vuelve completamente a la rutina. Y ella incluye no sólo el ritmo de trabajo, sino también el ocio.
Ayer, después de tanto tiempo, tocó tarde de vodka con mi amigo Dima, Fender y Pablo, compañero de carrera que acabo de conocer hace unas semanas. Después de tanto tiempo, los chupitos de vodka no vinieron solos en el Alla, sino que llegaban en buena compañía, con limón y aperitivo incluido. Además, me encargué de que pos detrás sonara música en ruso, para culminar el momento. Atrás quedan tantas veces en que, frente a tequilas y anises con crema de whisky, yo me pedía un chupito de Smirnoff.
No hay comentarios:
Publicar un comentario