jueves, 26 de enero de 2012

La recompensa de la honradez

Mis padres me enseñaron a ser honrado, y es además algo que siempre me pide mi abuela que sea en la vida. Esta noche he tenido una grata recompensa a actuar honradamente.

Los vasos para beber cerveza en Alemania, Austria y Holanda son a veces diferentes, pues hay una clase de medio litro con muchas curvas, ancho arriba y fino abajo, típico para beber cerveza. Es justo el que aparece en la foto. Resulta que estoy enamorado de esos vasos, imposibles de encontrar en España y que ya había visto antes en Austria. Beber cerveza de medio litro en esos vasos, concretamente la cerveza Erdinger, es ya uno de los recuerdos que me llevaré de mi Erasmus, y además estos concretamente son del 125 aniversario de la marca en cuestión. Pues bien, decidido a tener uno tenía dos caminos posibles, hurtarlo o arreglármelas de otra manera. Escogí el segundo camino y en un momento que comentaba el resultado del partido Barcelona-Real Madrid con Alain, dueño del Highlander -el pub Erasmus por excelencia aquí- le comenté que pronto volvía a mi país y que me gustaban mucho los vasos de Erdinger, dado lo cual estaba interesado en comprarle uno si era posible. Su respuesta fue inmediata: "no te preocupes, te lo regalo, además el del aniversario". Fue a la barra y lo trajo, inmaculado y, según lo prometido, del aniversario. Me comentó que si el portero me decía algo le dijera que me lo había dado él, pero no contento se acercó a la puerta a informarle de tal hecho justo cuando salía. No es la primera vez que Alain tiene un detalle conmigo, pues una vez le mandó a uno de sus camareros que me invitara, precisamente, a una Erdinger. El motivo fue llevar la bandera española, y me he hecho un pelín famoso por ser el único en llevar la bandera española a los tres clásicos de estos dos meses... apoyando al FC Barcelona. Ante los que me preguntaban, se enfrentaban los dos mejores equipos de mi país y, siendo el FC Barcelona un equipo español, no veía problema en animar con la bandera española.

En cualquier caso, estoy muy contento con este obsequio, que intentaré llevar a España sin que sufra daño alguno para sumarlo a mi colección "Maastricht". Y es que voy guardando objetos de recuerdo como tickets de tren, de bus, alguno del supermercado, mapas turísticos, etc. Algún día seguirán valiendo lo mismo económicamente, pero mucho más sentimentalmente.

He de decir que no puedo fardar de ser el único de la residencia que tiene el vaso conmemorativo de Erdinger, pero sí puedo ostentar el orgullo de haberlo obtenido con todas las de la Ley.

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