Me he aficionado al Jumbo, el supermercado más cercano y a la vez más barato entre los de por aquí. Al fin he encontrado salchichas a un precio decente, lo cual ha reconfortado lo más profundo de mi alma. Además, resulta que la última semana de cada mes hacen un 10% de descuento a los estudiantes presentando su tarjeta, así que obviamente ya se cuándo voy a concentrar la compra mensual. De hecho, he pillado sobrecitos de sopa para todo el mes, creo, y es que creo que me van a sentar de maravilla en cuanto caiga el fresco.
Un poco de verdura en bolsas bien para la sopa, bien para una menestra siempre viene bien para combinar. Y para cerrar tenemos, cómo no, mi querida pasta. Calculo que el 80% de los días comeré pasta al menos una vez: con tomate, a la carbonara, con mozzarella, aglio e olio... de cualquiera de las maneras.
De todos modos... he de decir que el título engaña. Lo que aquí es barato sería carísimo en España. Como muestra, un botón: la cerveza en cualquier pub no baja de los 2,50€ y lo mismo vale un billete de bus urbano de menos de 5 km. Ojo, con cerveza me refiero a la Heineken o a la que tenga cada local, nada de pedir exquisiteces.
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