miércoles, 12 de octubre de 2011

Mi primer accidente


Me la he pegado esta mañana de lo lindo. He besado el lindo asfalto holandés como César hizo con el suelo britano, sólo que en mi caso me he caído de la bici en vez de desde la pasarela de un barco. 

Todo empezó esta tranquila mañana. Fiel a mi eterna tradición y costumbre, el ejercicio de brainstorming que tenía que hacer para inglés lo había dejado para última hora, tanto que el curso se imparte a 4 km de mi residencia a las 13:30h y a las 13:00h yo estaba entrando a la ducha de mi piso...

Prisas, prisas son, así que mejor no calculo a velocidad que debía ir por las calles de Maastricht aunque fuera a pedal. Quienes me conocen saben que tengo excesivo gusto por ir a carajo sacao' en mi dos ruedas... De hecho, sirva como hecho ilustrativo que en un semáforo paré junto a una motocicleta y estuvimos a la misma altura durante medio kilómetro. Llegó un momento en el que llegamos ambos a una plaza y obviamente giré a la derecha, girando el de la moto a la izquierda y en sentido contrario. No le di más importancia y seguí por mi camino, dando la vuelta. A punto de salir, vi a la moto por mi izquierda, y como llevaba ventaja, pedaleé más para salir antes y evitar dar un frenazo o chocarme. Para mi grandísima suerte, el holandesito le dio al puño de lo que me pareció que era una Derbi (o parecida), y logró en pocos metros ponerse a mi altura y plantarme a medio metro de mi rueda delante su moto, con lo cual me obstruyó el camino y me vi obligado a virar bruscamente a la derecha para evitar la colisión. La curva, que de por si hace un ángulo de unos 120º, se me volvió de repente de 90º, imposible de asumir para una bici y más a la velocidad que iba, que podían ser unos 30km/h (cálculo a vuelo).

El resultado: me fue imposible mantener el equilibrio más allá de los 5m, donde había un badén de unos 30cm de altura y con una inclinación de unos 45º, nada de plástico, era una sobrealtura para entrar a la calle. El desquilibrio que llevaba y ese badén hicieron que me cayera a la izquierda, aunque tuve la suerte de perder velocidad en mientras intentaba mantener el equilibrio y por escasos centímetros la moto pasó por delante en vez de chocarme contra ella. En las décimas de segundo que estaba manteniendo el equilibrio, me entró la tentación de compartir la caída con el causante, ya que de la otra manera -como al final sucedió- me la llevaba toda yo solito... pero mejor evitar el riesgo de darme con la rueda de la moto en movimiento aunque saliera peor parado. 

Al principio me pareció que no tenía nada, luego vi unos rasguños en la mano izquierda, con la que aterricé. De hecho, intenté amortiguar como pude entre la mano, la cadera y posado finalmente la cabeza para no lastimarme el cuello. Toda una clase magistral... de cómo matarte sin morir. Antes de entrar al curso de inglés fui a lavarme la mano y vi que se me había desprendido la epidermis -el pellejo de la piel- en varias zonas por la fricción, además de que tenía un hematoma en la zona de la base de la mano. Volví y me senté tan tranquilo, con una ligera molestia en la cadera. A la hora y media, me levanté para ir al aseo y traerme papel higiénico, ya que estaba echando pus y no era agradable dejarlo gotear. Cuando me fui a levantar, tenía la pierna totalmente coja... al enfriarse el músculo el hematoma que me había salido me impedía caminar mejor que un lisiado. Además, cuando me llevé la mano a la rodilla, que empezó a escocerme, noté que tenía un agujero en el pantalón de 2cm de largo... la cosa iba mejorando. De hecho... la zona de la entrepierna sufrió la fricción contra el sillín, así que también se ha pasado un poco, aunque sin romperse. Un pantalón de 35€ a la mierda gratuitamente.

Volvi a casa en bicicleta -conducía mejor que andaba... sorprendente- y antes de llegar Íñigo y yo fuimos al supermercado y me acerqué a la farmacia a comprar Betadine -¡abuela, me he echao coloraito yo solo!-, algodón y crema antinflamatoria. De vuelta a casa, evalué los daños y vi el hematoma de la pierna. Nada grave, pero me impide andar bien. 
Me apliqué los remedios que había comprado y, sobre el algodón que tapaba la herida de la mano, puse papel higiénico a modo de venda, quedándo tan simpático como se ve. Estoy en general bien, sin salir de casa porque estoy jodido, pero bien. No obstante, duele más de lo que parece en la foto porque por alguna razón aún no ha cicatrizado la herida... y escuece cuando la dejo al aire. 

Bueno... siempre hay una primera vez, ya puedo decir que llevo conmigo algo de asfalto holandés. Como recuerdo, pondré enta entrada en "Curiosidades". Ya puestos, me lo tomaré con humor...

1 comentario:

  1. jajajaja a mi nunca me a pasado un accidente con la bici y seguro ke e ido en ocasiones mas rapido ke tu por la carretera xD pero weno eso tiene ke doler

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