Tras estar todo el día en casa en un apetecible sábado de buen tiempo, en el que no sólo no ha llovido sino que además el sol ha hecho que lleguemos por encima de los 10ºC -qué calor... para estar aquí-, quería dar una vueltecita en bici y, de camino, aprovechar el hándicap y la ventaja que supone ser el único de la residencia sin exámenes a partir del lunes. Hándicap porque nadie puede acompañarme, ventaja porque tengo más tiempo y, yendo solo, voy por donde quiero, a la velocidad que quiero -sin matarme- y sin rumbo fijo... sólo a los pedales y al manillar recorriendo esas llanas tierras en las que da gusto ir en bici.
Pues bien, me puse por meta Lanaken, por escoger un sitio. No tenía intención de llegar allí, pues está a 5km, sólo dedar una vuelta, cansarme un poco y volver. Me miré antes de salir en el Google Maps cómo salir de la ciudad dirección Lanaken y a los pedales. De camino, por cierto, vi una feria de barriada con cacharritos -atracciones de feria-. Llegué a Smermaas -juro que hasta que he llegado no tenía casi ni idea de por donde iba, sólo sabía que no quería alejarme del canal y con ello me orientaba. A lo que iba, en Smermaas había un accidente de un autobús contra un coche en un cruce y giré a la izquierda, que me indicaba a Lanaken. A esas alturas quería llegar allí y volver por el mismo camino.
No sabía si había llegado a Lanaken, pero como sólo veía campo y los carteles de dirección me señalaban a todas partes menos Maastricht -excepto por donde había vuelto, a 8km- pensé en volver a casa pasando por Veldwezelt, una localidad pegada a la frontera. En ello me puse y tardé mi rato en llegar, pero al fin pude cruzar el canal y volver a mi ciudad, Maastricht. No me llevé la cámara, así que no he podido hacer fotos de la travesía, pero de todos modos a la vuelta era noche cerrada... de poco servía.
Finalmente, he vuelto a casa y, como no me llevé el móvil, no sabía cuánto tiempo había estado fuera. Gracias a mis mensajes de Skype calculé que había estado sobre el sillín 40 minutos -sí, sólo eso...- y gracias a Google Maps revisé mi ruta y han sido 12,5km -sí, también sólo eso...-. Por lo menos, me queda el consuelo de que ello me da una velocidad media de 18,5km/h, que es nada desdeñable. Y sí, he ido... ligerito. Será por la aerodinámica, porque sólo me llevé el pantalón del chandal, camiseta y sudadera, un gorro de lana y los guantes de ciclista. Pese a ello no pasé frío, ya que iba a buen ritmo y me mantenía a buena temperatura.
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